Suspenso, tensión, vergüenza y algo de morbo. Quien no experimentó estos sentimientos en los días previos a la toma de posesión de Felipe Calderón como Presidente de la República. Desde los primeros minutos en los que diputados panistas se agandallaron la tribuna para que los perredistas no lo pudieran hacer el primero de enero, espectadores y protagonistas se preguntaban la misma cosa. Qué va a pasar el 1º de diciembre en San Lázaro. Tomará o no posesión el presidente electo y será Fox quien le entregué la banda presidencial a la vieja usanza pripublicana.
La ceremonia de entrega del poder es uno de los símbolos políticos más tradicionales y abstractos en nuestro país. Quien haya citado a una novia o novio a tomar un café a Vips para hablar de ‘algo’ importante entiende bien el concepto de simbolismo a la hora de iniciar o terminar algo que de otro modo sería imperceptible. Es decir, qué otra manera tendríamos de explicarnos que el sexenio del amigo Chente ya había terminado y comenzado el de Calderón. La pauta psicológica de principio y fin, que marca la entrega de la banda presidencial en el congreso, es necesaria para que uno pueda realizar ese corte de caja sexenal. Algo muy parecido a las ceremonias sociales que abundan en nuestra sociedad como las bodas, bautizos, velorios y el día de la secretaria. Principio y fin. Hola y adiós.
En ese proceso de duelo y anunciación andábamos, cuando nuestros diputados y diputadas acamparon bajo el cobijo de sendas banderas, ¿vaya que brutos, por qué a nadie se le ocurrió usarlas como cobijas?. En vísperas del psicológico cambio de switch foxy-feli nos enteramos que existía la posibilidad de que no hubiese tal transición o de que al menos ésta no sería de acuerdo a nuestras expectativas. Como la boda en la que la novia no llega, o el velorio en donde el muerto es un costal de papas sembrado para despistar a propios y extraños. Celebrar la entrega de poderes sin Fox, fuera del Congreso y sin la presencia de la oposición hubiera sido una catástrofe psicológica. Este no es un argumento político y aduce únicamente a la importancia que tiene un evento de esta relevancia simbólica para el imaginario social.
Aun a pesar de que en seis años Vicente Fox se empeñó en destruir todo el imaginario construido alrededor de la figura presidencial, la toma de protesta del nuevo presidente cargaba con la friolera de 12 ceremonias sexenales ininterrumpidas desde que el Gral. Lázaro Cárdenas asumió en 1934 hasta la llegada del PAN a los pinos en el 2000. Doce ceremonias simbólicas de entrega del poder son muchos años para que una alteración en el ritual, gritos más porrazos menos, deje una fuerte impresión en la construcción social que la ciudadanía mexicana ha hecho de la entrega del poder en este país. Independientemente de si este poder era realmente entregado o cedido, el ritual era condición inalterable del sostenimiento del status quo en México.
Mientras especulábamos sobre el desenlace de la trifulca parlamentaria, alguien quiso hacer ganancia del río revuelto, produciendo primero y transmitiendo después, un spot en donde se culpaba de manera directa y sin reparo alguno al PRD como el responsable de esta crisis de simbología nacional. Un spot de televisión era transmitido en horarios AAA en donde las imágenes de diputados aventándose un tirito eran contextualizadas a la luz de una ama de casa, visiblemente infeliz, y una niñita ingenua. Más o menos el spot iba así: Golpes entre diputados peso super welter corte a niña que pregunta por qué ese señor le pega al otro, que si hizo algo malo. Mamá que responde que no, pero que si hay un gandalla es el PRD y que ellos si le están pegando a México y no lo dejan avanzar (si alguien sabe hacía adónde avanza México por favor dígalo ahora o calle para siempre).
Luego viene una andanada de improperios al PRD, que si ya basta de tanto odio y amenazas, que México no es del PRD (fiuu, que bueno). Finalmente, perdida en la inconciencia que genera la ira de quien lleva horas planchando las camisas del señor, la álgida señora, convencida de que México es de todos (siempre y cuando no sean perredistas) protesta por un México unido. Una verdadera joya. Debieron llevar a esa actriz a que protestará en lugar de Felipe, con todo y plancha y niña pasmada.
El día de hoy sabemos con franco alivio que no fue este el desenlace. Pero la imagen de este spot firmado por el Consejo Mexicano de la Juventud A.C. presidido por el joven Ricardo Almaguer Ramos, sigue rondando mi cabeza. Saber quiénes forman parte de este Consejo es lo de menos. La pregunta es de dónde sacaron tanto dinero estos jóvenes para comprar espacios en horarios AAA. Por más que se hayan cooperado los jovenazos, juntar unos millones de pesos para comprar tiempo aire y pagar la producción de un spot, aunque sea chafa como este, necesita del apoyo de algo más que las buenas intenciones de un grupo de quinceañeros.
Me queda claro que su intención es tanto perversa como torpe. Mira que pensar en que una ama de casa y una niña imberbe sean las encargadas de destruir la imagen del PRD, de entrada, es una concepción algo ingenua. Tomo un breve extracto de un texto titulado ‘Libera tu Potencial Por México’ publicado en la página web del Consejo y firmado por el joven, supongo que lo es, Arturo Ávila Escobedo:
“Hoy quisiera decir “México, creo en ti”, no como una frase trillada, sino como una manera de vivir. Creo de verdad en tu gente, en tus mujeres que día a día dan a luz semillas de esperanza para el futuro, en los hombres que trabajan para formar a sus hijos y hacer de ellos grandes personajes.”
Nunca antes me había quedado tan claro el discurso sobre las diferencias de género. Las señoras que se dedican a parir en loop y los señores que trabajan duro para hacer a sus hijos grandes personajes, las hijas ya saben que les tocará hacer de grandes, planchar y quejarse del PRD. Y seguir chilloteando así hasta que el PRD desparezca de la faz de la tierra y el país sea del PAN o del Consejo Mexicano de la Juventud A.C. que, intuyo, perderá el moto de juventud esperando en vano a que esto suceda.
A punto de celebrarse el gran acto simbólico de cambio de sexenio, una asociación juvenil conservadora pagó millones para atizar el fuego. Cuál es el necio interés de ignorar a un amplio sector de la población que voto por López Obrador y los representantes de éste partido. Esfuerzos irresponsables por definir al único rufián de la película harán más por unificar al PRD que dividirlo. En cuanto a afectar la imagen de este partido, spots como éste son una carcajada comparados con los autogoles de AMLO. Alguien tendría que decirle a este juvenil Consejo que un spot se puede comprar, pero que juzgar a un partido como el responsable de la polarización que vive nuestro país es un error muy inocente, sin importar que quien lo afirme tenga problemas de acné o pida permiso a papá (mamá no pela porque siempre está planchando) para salir a reventar con sus amiguitos.
viernes, 22 de diciembre de 2006
martes, 12 de diciembre de 2006
El efecto Disney
Un ensamble de trompetas hilvana una entrada de fanfarria (Tan tararan tan tan tan TAN TAN TAN TAN). Imposible no poner atención, al menos para quien como yo sufre de una fijación por los spots que transmiten los órganos oficiales y no tan oficiales de este país. Cuanta energía hay en esa entrada. Asumo, por metáfora facilona, que es la misma que se comparte entre los integrantes del nuevo gobierno. Que suenen las trompetas porque ya tenemos un nuevo presidente. Es como una obertura de Bruckner en 30 segundos. Precisamente de eso se trata ¿cierto?, de marcar la entrada de un nuevo gobierno, el primer movimiento, los primeros compases. Mientras esto ocurre dentro de ese spot, afuera de la pantalla están los primeros quinazos que iniciaron con Paquita la del Barrio y terminaron con Flavio Sosa y demás dirigentes de la APPO.
La primer secuencia nos muestra un hombre que, decidido, se dispone a colgar el cuadro de su presidente en algo que, intuyo, es una oficina gubernamental. Quién más podría colgar ese cuadro con su propia mano, digo, solo un funcionario particularmente orgulloso y modesto lo haría. Supongo que los de nuevo ingreso encontrarán que sus nuevas oficinas ya cuentan con el simbólico y vigilante retrato. O es que les dieron uno junto con la entrega de las llaves de sus nuevos despachos. En todo caso cualquier secretario o subsecretario decente mandaría a algún empleado, las Secretarías los tienen de sobra, a colgar este cuadro.
O puede que esta escena se presente en un hogar panista afecto a la adoración pagana del presidente aunque lo dudo mucho. Ya casi nadie cuelga cuadros de presidentes en su casa. Al menos cuadros en donde no salga algún miembro de la familia retratado junto al presidente. Aunque, tras una segunda mirada a este movimiento sinfónico, se presenta la real posibilidad de que la escena del cuadro suceda en la oficina de algún alto miembro del Concejo Coordinador Empresarial. Con orgullo y decisión corona su campaña electoral con la llegada de Su Presidente. Si algún despistado piensa que esta escena se podría dar en una oficina del gobierno del DF o en casa de perredistas o priistas, pronto podría tener una crisis de daltonismo político.
Existe una segunda versión de este spot en la que quien cuelga el retrato del presidente es una mujer. Parece maestra de primaria o al menos eso deduzco por la decoración a su alrededor (bandera, lapiceros, libros, vestimenta informal, etc.) aunque siendo honestos no queda claro, supongo que esa era la intención de los productores. Es decir, que ‘la gente’ va y cuelga cuadros de Felipe Calderón a diestra y siniestra solo porque es el nuevo presidente en turno.
Sigue la obertura no. 1 con la imagen de un recién nacido, que, siendo honestos, se parece un poquito a Felipe Calderón. Luego muchos niños y niñas corren en desbandada, movidos más por la euforia que por su sentido de orientación. Gente que trabaja y sonríe y se mueve. Todos los que aparecen en el spot se dirigen hacia algún lugar. La emoción es inocultable, se vive una gran euforia ciudadana por la llegada del nuevo presidente que, como lo indica claramente la voz de un actor, marca el inicio de un rumbo nuevo para el país. Lagrimas.
Mientras todos los actores dentro del spot aparecen extasiados corriendo de un lado a otro, se anuncia, cual presagio bíblico, que muchas cosas van a suceder para que tú vivas mejor. Ahí nanita. Qué será, qué será. Qué tendrá que suceder en este país para que tú y yo vivamos mejor, se preguntan millones de telespectadores. Como serán crueles. Por qué no lo dicen de una buena vez y nos dejan mordiéndonos las uñas de aquí a que podamos descubrir todas esas cosas que para entonces estarán sucediendo, o en algunos casos habrán sucedido, para que, como dice la firme voz de quien fue contratado para este propósito, vivamos mejor.
Pero aquí entra una duda aún más angustiante. No era esa la promesa que Fox se empeñaba en convertir en hecho medible, comprobable y cuantificable todos los días de su fallido autogobierno. Y si ya vivo mejor que antes y aún no me doy cuenta. Señores y señoras productores de este spot, les ruego de la manera más atenta me indiquen cuál es el caso. Lo último que necesito en estos momentos es la incertidumbre de que algo que algo esta sucediendo con mi propia vida y soy el único que no se ha enterado.
Todos los que aparecen en estos spots, pescadores, carpinteros, obreros, niños, muchos niños, parecen vivir un éxtasis patriótico encapsulado en el airoso afán de las trompetas que guían la narrativa a través de catárticos crescendos. Tan tararan tan tan tan TAN TAN TAN TAN. Amanece y en el nuevo día, un México de gente trabajadora muestra fe por aquellas cosas que están por venir. Por esas cosas que harán de nuestras vidas algo mejor, perceptible y substancialmente mejor, a la vida que tuvimos bajo el mando de Doña Martha y el amigocho Vicente.
Que bueno que en las imágenes (casi estoy seguro que no fueron filmadas en el estado de Oaxaca) no salen jóvenes estudiantes, académicos e investigadores de universidades públicas o centros de investigación financiados por la SEP. Alabo el prudente cuidado por dejar fuera a representantes de las artes y la cultura porque al menos, hasta ahora, a estos grupos ya les empezaron a suceder cosas para que vivan mejor. O al menos para que dejen de tener tanta presión laboral. El desempleo siempre es un buen motivador creativo, dicen.
Siempre tan subjetivas estas aclaraciones de vivir mejor. Llenas de una carga valorativa intensamente cegadora. Es como entrar a Disney por la puerta grande, con música de trompetas que nos anuncia cosas fantásticas que están por venir. Ese parecería ser el mensaje sustancial de estos primeros spots de la nueva presidencia. La del águila completa y el presupuesto mocho. Queremos ver más cosas y no solo en la televisión. Tan tararan tan tan tan TAN TAN TAN TAN.
La primer secuencia nos muestra un hombre que, decidido, se dispone a colgar el cuadro de su presidente en algo que, intuyo, es una oficina gubernamental. Quién más podría colgar ese cuadro con su propia mano, digo, solo un funcionario particularmente orgulloso y modesto lo haría. Supongo que los de nuevo ingreso encontrarán que sus nuevas oficinas ya cuentan con el simbólico y vigilante retrato. O es que les dieron uno junto con la entrega de las llaves de sus nuevos despachos. En todo caso cualquier secretario o subsecretario decente mandaría a algún empleado, las Secretarías los tienen de sobra, a colgar este cuadro.
O puede que esta escena se presente en un hogar panista afecto a la adoración pagana del presidente aunque lo dudo mucho. Ya casi nadie cuelga cuadros de presidentes en su casa. Al menos cuadros en donde no salga algún miembro de la familia retratado junto al presidente. Aunque, tras una segunda mirada a este movimiento sinfónico, se presenta la real posibilidad de que la escena del cuadro suceda en la oficina de algún alto miembro del Concejo Coordinador Empresarial. Con orgullo y decisión corona su campaña electoral con la llegada de Su Presidente. Si algún despistado piensa que esta escena se podría dar en una oficina del gobierno del DF o en casa de perredistas o priistas, pronto podría tener una crisis de daltonismo político.
Existe una segunda versión de este spot en la que quien cuelga el retrato del presidente es una mujer. Parece maestra de primaria o al menos eso deduzco por la decoración a su alrededor (bandera, lapiceros, libros, vestimenta informal, etc.) aunque siendo honestos no queda claro, supongo que esa era la intención de los productores. Es decir, que ‘la gente’ va y cuelga cuadros de Felipe Calderón a diestra y siniestra solo porque es el nuevo presidente en turno.
Sigue la obertura no. 1 con la imagen de un recién nacido, que, siendo honestos, se parece un poquito a Felipe Calderón. Luego muchos niños y niñas corren en desbandada, movidos más por la euforia que por su sentido de orientación. Gente que trabaja y sonríe y se mueve. Todos los que aparecen en el spot se dirigen hacia algún lugar. La emoción es inocultable, se vive una gran euforia ciudadana por la llegada del nuevo presidente que, como lo indica claramente la voz de un actor, marca el inicio de un rumbo nuevo para el país. Lagrimas.
Mientras todos los actores dentro del spot aparecen extasiados corriendo de un lado a otro, se anuncia, cual presagio bíblico, que muchas cosas van a suceder para que tú vivas mejor. Ahí nanita. Qué será, qué será. Qué tendrá que suceder en este país para que tú y yo vivamos mejor, se preguntan millones de telespectadores. Como serán crueles. Por qué no lo dicen de una buena vez y nos dejan mordiéndonos las uñas de aquí a que podamos descubrir todas esas cosas que para entonces estarán sucediendo, o en algunos casos habrán sucedido, para que, como dice la firme voz de quien fue contratado para este propósito, vivamos mejor.
Pero aquí entra una duda aún más angustiante. No era esa la promesa que Fox se empeñaba en convertir en hecho medible, comprobable y cuantificable todos los días de su fallido autogobierno. Y si ya vivo mejor que antes y aún no me doy cuenta. Señores y señoras productores de este spot, les ruego de la manera más atenta me indiquen cuál es el caso. Lo último que necesito en estos momentos es la incertidumbre de que algo que algo esta sucediendo con mi propia vida y soy el único que no se ha enterado.
Todos los que aparecen en estos spots, pescadores, carpinteros, obreros, niños, muchos niños, parecen vivir un éxtasis patriótico encapsulado en el airoso afán de las trompetas que guían la narrativa a través de catárticos crescendos. Tan tararan tan tan tan TAN TAN TAN TAN. Amanece y en el nuevo día, un México de gente trabajadora muestra fe por aquellas cosas que están por venir. Por esas cosas que harán de nuestras vidas algo mejor, perceptible y substancialmente mejor, a la vida que tuvimos bajo el mando de Doña Martha y el amigocho Vicente.
Que bueno que en las imágenes (casi estoy seguro que no fueron filmadas en el estado de Oaxaca) no salen jóvenes estudiantes, académicos e investigadores de universidades públicas o centros de investigación financiados por la SEP. Alabo el prudente cuidado por dejar fuera a representantes de las artes y la cultura porque al menos, hasta ahora, a estos grupos ya les empezaron a suceder cosas para que vivan mejor. O al menos para que dejen de tener tanta presión laboral. El desempleo siempre es un buen motivador creativo, dicen.
Siempre tan subjetivas estas aclaraciones de vivir mejor. Llenas de una carga valorativa intensamente cegadora. Es como entrar a Disney por la puerta grande, con música de trompetas que nos anuncia cosas fantásticas que están por venir. Ese parecería ser el mensaje sustancial de estos primeros spots de la nueva presidencia. La del águila completa y el presupuesto mocho. Queremos ver más cosas y no solo en la televisión. Tan tararan tan tan tan TAN TAN TAN TAN.
lunes, 11 de diciembre de 2006
Spot llamando a cordura, spot llamando a cordura
Sugerencia estratégica no. 1:
A los diputados hay que hablarles con spots. Solo así entienden. Intuyo que esa fue la iluminada conclusión a la que arribaron los asesores del presidente de la Cámara de Diputados, el panista Jorge Zermeño, después de escuchar un spot que se transmite desde primera hora en varias cadenas de radio. Pero veamos, cuál es el objetivo de este spot. En primer lugar, el mensaje atañe directamente a la responsabilidad de los diputados haciéndoles un sentido llamado a comportarse de manera responsable y republicana. Es decir que el receptor de este mensaje es, al menos explícitamente, cualquier diputado o diputada que no se este comportando a la altura de las circunstancias.
Lo cierto es que quienes hemos tenido la fortuna de escuchar este mensaje, inserto oportunamente en los programas noticiosos que actualizan el desarrollo de los últimos rounds del congreso, podemos caer en un serio estado de bipolaridad cívica. Dice el diputado Zermeño en su electrónica encomienda, ‘por encima de nuestras diferencias se encuentra el amor por México’, acto seguido escuchamos el reporte de que el diputado A jaló de la corbata al diputado B quien a su vez pisaba sin mesura a la amodorrada diputada C.
Es como querer anular los acontecimientos con otra realidad cobijada en la retórica fácil del amor por México. Un poco patético para mí gusto. El spot inicia además con una afirmación de que el primero de diciembre el Congreso de la Unión llevará a cabo la ceremonia de transmisión de poderes donde el C. Felipe Calderon Hinojosa rendirá protesta como presidente de los mexicanos. Te cae. Así nomás. Estamos escuchando que la tribuna esta tomada, que los diputados pasaron la noche cantando rancheras y compartiendo ese gran colchón super king size que es la tribuna de la cámara y un spot nos dice temprano por la mañana que lo que pasará es lo que todos sabemos que no va a pasar como pasaba antes, con aplausos y sin sustos. Que ganas de tirar el dinero por parte de comunicación social del H. recinto.
Pero me equivoco seguramente. Es muy probable que la intención de difundir este spot no sea la de llamar a nadie a la cordura, ni la de animarnos a todos con el amor patrio que compartimos. Alguien diría, es obvio que de lo que se trata es, una vez más, demostrar que quien la toma de decisiones y llama a la cordura es el Presidente de la Cámara (¿debo escribirlo con mayúsculas o se ofenderán los otros dos Presidentes?). Aquí vale la pena preguntarse, está realmente el diputado Zermeño tomando una decisión o simplemente sigue, al igual que muchos de los implicados en esta parodia dominguera, la inercia de los acontecimientos. Así, nos indica su trémula voz en off, el Presidente de la Cámara espera que la mesura y el amor de los y las mexicanas que nos re#&(¡/s”t@n en el Congreso llegue de una buena vez y podamos compartir ese gran sleeping bag que es el Congreso mexicano.
Su llamado sigue: Es momento para demostrar el amor que sentimos por México. Que por encima de diferencias se encuentra el interés supremo de la nación. Y el bienestar de todos los mexicanos.
Aparentemente, la naturaleza de este nuevo spot se suma a una práctica comunicacional cada día más frecuente en la política mexicana. Hablar a través de spots. Cada vez que un político no puede decir lo que quiere ya sea porque nadie lo pela o porque nadie lo deja hablar viene el spot valeroso que, sin interrupciones de por medio, da la libertad al que habla de decir lo que quiera, como quiera y repitiéndolo cuantas veces quiera -ver Fox, Vicente (2000-2006) ‘La verdad está más cómoda en el estudio de grabación’ publicado en el Almanaque de Comunicación Presidencial Incomprendida-. Sin embargo, hay que preguntarse, ¿es prudente transmitir este spot mientras los ciudadanos y ciudadanas de este país esperamos el desenlace de uno de los eventos más torpes en la historia política del país?
Lo pregunto porque mi primera sensación al escuchar este mensaje fue la de impotencia. Es decir, qué puedo hacer yo en este preciso instante para que los diputados y diputadas del congreso se comporten de manera responsable. Pues no mucho más allá de apostarle a que los peces más gordos (vaya que hay material legislativo) se van a echar al plato a los flacos (sin duda los menos).
Sugerencia estratégica no. 2:
Siguiendo la sabiduría del mariachi, di que estás a favor pero no digas de qué ni cuándo. Apenas hace unos días la Cámara de Diputados transmitía otro spot en donde los coordinadores de las fracciones parlamentarias de los ocho partidos representados en el congreso, responden con un aplomado ‘a favor’ ante una iniciativa que todos los que hayamos escuchado ese mensaje desconocemos. ¿A favor de qué? Hace tres días ésta era una intriga punzante pero ahora se ha convertido en el último eslabón de la concordia parlamentaria. A qué responderían favorable y unánimemente los diputados cuyas declaraciones fueron editadas para producir este mensaje.
A favor, dijo uno y luego el otro y luego la otra, Gamboa Patrón solo dice si, lo que lo hace aun más misterioso. Y así hasta llegar a los ocho coordinadores de las fuerzas políticas del país. Me pregunto si no hubiera sido más prudente suspender la transmisión de estos spots en medio de un clima tan crispado en el congreso. No es mejor, en todo caso, utilizar los recursos de la Cámara destinados a comunicación para hablar sobre la realidad política del país y no un escenario ficticiamente insultante. Habría que destinar mayores recursos informativos e ingeniosos para hablar sobre las tareas de este órgano legislativo. Para como están las cosas, nuestros legisladores van a necesitar con urgencia una campaña mediática que ayude a cambiar esta concepción permanente de inoperancia política. Sin hechos no valdrá ni siquiera la pena gastar todo ese dinero en spots y horarios AAA. En eso deberían de estar todas y todos los diputados a favor. Espero.
A los diputados hay que hablarles con spots. Solo así entienden. Intuyo que esa fue la iluminada conclusión a la que arribaron los asesores del presidente de la Cámara de Diputados, el panista Jorge Zermeño, después de escuchar un spot que se transmite desde primera hora en varias cadenas de radio. Pero veamos, cuál es el objetivo de este spot. En primer lugar, el mensaje atañe directamente a la responsabilidad de los diputados haciéndoles un sentido llamado a comportarse de manera responsable y republicana. Es decir que el receptor de este mensaje es, al menos explícitamente, cualquier diputado o diputada que no se este comportando a la altura de las circunstancias.
Lo cierto es que quienes hemos tenido la fortuna de escuchar este mensaje, inserto oportunamente en los programas noticiosos que actualizan el desarrollo de los últimos rounds del congreso, podemos caer en un serio estado de bipolaridad cívica. Dice el diputado Zermeño en su electrónica encomienda, ‘por encima de nuestras diferencias se encuentra el amor por México’, acto seguido escuchamos el reporte de que el diputado A jaló de la corbata al diputado B quien a su vez pisaba sin mesura a la amodorrada diputada C.
Es como querer anular los acontecimientos con otra realidad cobijada en la retórica fácil del amor por México. Un poco patético para mí gusto. El spot inicia además con una afirmación de que el primero de diciembre el Congreso de la Unión llevará a cabo la ceremonia de transmisión de poderes donde el C. Felipe Calderon Hinojosa rendirá protesta como presidente de los mexicanos. Te cae. Así nomás. Estamos escuchando que la tribuna esta tomada, que los diputados pasaron la noche cantando rancheras y compartiendo ese gran colchón super king size que es la tribuna de la cámara y un spot nos dice temprano por la mañana que lo que pasará es lo que todos sabemos que no va a pasar como pasaba antes, con aplausos y sin sustos. Que ganas de tirar el dinero por parte de comunicación social del H. recinto.
Pero me equivoco seguramente. Es muy probable que la intención de difundir este spot no sea la de llamar a nadie a la cordura, ni la de animarnos a todos con el amor patrio que compartimos. Alguien diría, es obvio que de lo que se trata es, una vez más, demostrar que quien la toma de decisiones y llama a la cordura es el Presidente de la Cámara (¿debo escribirlo con mayúsculas o se ofenderán los otros dos Presidentes?). Aquí vale la pena preguntarse, está realmente el diputado Zermeño tomando una decisión o simplemente sigue, al igual que muchos de los implicados en esta parodia dominguera, la inercia de los acontecimientos. Así, nos indica su trémula voz en off, el Presidente de la Cámara espera que la mesura y el amor de los y las mexicanas que nos re#&(¡/s”t@n en el Congreso llegue de una buena vez y podamos compartir ese gran sleeping bag que es el Congreso mexicano.
Su llamado sigue: Es momento para demostrar el amor que sentimos por México. Que por encima de diferencias se encuentra el interés supremo de la nación. Y el bienestar de todos los mexicanos.
Aparentemente, la naturaleza de este nuevo spot se suma a una práctica comunicacional cada día más frecuente en la política mexicana. Hablar a través de spots. Cada vez que un político no puede decir lo que quiere ya sea porque nadie lo pela o porque nadie lo deja hablar viene el spot valeroso que, sin interrupciones de por medio, da la libertad al que habla de decir lo que quiera, como quiera y repitiéndolo cuantas veces quiera -ver Fox, Vicente (2000-2006) ‘La verdad está más cómoda en el estudio de grabación’ publicado en el Almanaque de Comunicación Presidencial Incomprendida-. Sin embargo, hay que preguntarse, ¿es prudente transmitir este spot mientras los ciudadanos y ciudadanas de este país esperamos el desenlace de uno de los eventos más torpes en la historia política del país?
Lo pregunto porque mi primera sensación al escuchar este mensaje fue la de impotencia. Es decir, qué puedo hacer yo en este preciso instante para que los diputados y diputadas del congreso se comporten de manera responsable. Pues no mucho más allá de apostarle a que los peces más gordos (vaya que hay material legislativo) se van a echar al plato a los flacos (sin duda los menos).
Sugerencia estratégica no. 2:
Siguiendo la sabiduría del mariachi, di que estás a favor pero no digas de qué ni cuándo. Apenas hace unos días la Cámara de Diputados transmitía otro spot en donde los coordinadores de las fracciones parlamentarias de los ocho partidos representados en el congreso, responden con un aplomado ‘a favor’ ante una iniciativa que todos los que hayamos escuchado ese mensaje desconocemos. ¿A favor de qué? Hace tres días ésta era una intriga punzante pero ahora se ha convertido en el último eslabón de la concordia parlamentaria. A qué responderían favorable y unánimemente los diputados cuyas declaraciones fueron editadas para producir este mensaje.
A favor, dijo uno y luego el otro y luego la otra, Gamboa Patrón solo dice si, lo que lo hace aun más misterioso. Y así hasta llegar a los ocho coordinadores de las fuerzas políticas del país. Me pregunto si no hubiera sido más prudente suspender la transmisión de estos spots en medio de un clima tan crispado en el congreso. No es mejor, en todo caso, utilizar los recursos de la Cámara destinados a comunicación para hablar sobre la realidad política del país y no un escenario ficticiamente insultante. Habría que destinar mayores recursos informativos e ingeniosos para hablar sobre las tareas de este órgano legislativo. Para como están las cosas, nuestros legisladores van a necesitar con urgencia una campaña mediática que ayude a cambiar esta concepción permanente de inoperancia política. Sin hechos no valdrá ni siquiera la pena gastar todo ese dinero en spots y horarios AAA. En eso deberían de estar todas y todos los diputados a favor. Espero.
El perturbado rostro de la ley
Ya son varias semanas las que llevo conmoviéndome profundamente cada vez que escucho en la radio un emotivo trinar de guitarra estilo ranchero-sentimental. Cierro los ojos, mejor dicho, imagino que cierro los ojos porque manejar o obscuras es un talento propio de los microbuseros, y me imagino en una fogatada rodeado de 128 senadores que se estremecen igual que yo al escuchar esta tonada.
El olor de malvaviscos que se derriten al fuego y el trinar de la leña se confunden con carcajadas esparcidas entre varios de los grupitos de senadores y senadoras que, juntos, animan el ambiente haciéndome presa de un tímido e involuntario éxtasis. De pronto, una voz que viene de las alturas se une a la de quienes me miran para decir a coro: “para nosotros eres el rostro de la ley”. Bolas!! La música sigue y yo me quedo pensando que dentro de todos los piropos que me han dicho nunca me habían dicho que tengo cara de ley.
La primera pregunta que emana de mi enfogatado cerebro es: a qué ley se refieren? Después pienso en esa comisión de senadores que viajó hace ya más de un mes a la ciudad de Oaxaca para evaluar las condiciones de gobernabilidad en el Estado. Su conclusión fue un ya tradicional y multipatentado “si pero no”, variación del clásico socrático “si pero luego”. En resumen, algo así como: esta difícil la cosa pero es bronca del gobernador, a quien por cierto no le tenemos mucha confianza. Mucha suerte y que Dios los ampare.
Una de las pocas certezas que existen en comunicación política es que una vez que un mensaje es emitido, los receptores del mismo podrán hacer con el lo que les venga en gana. En cierta forma les pertenece. De pronto me imagino a Ulises Ruiz escuchando este spot y diciéndose a si mismo (quizá no en el mismo escenario de la fogata por aquello de las llamas): ahí está el espaldarazo del Senado, que además lo dice en re-pe-ti-das ocasiones, yo soy el rostro de la ley. Por qué no pasamos este spot en loop interminable por los altavoces de la PFP.
Del mismo modo, Flavio Sosa escucha este mensaje y en su fuero interno, que es apenas un poco menos extenso que el pleno de la Cámara, argumenta: pues ahí está clarísimo, para el Senado de la República yo soy el rostro de la ley. Afortunadamente, el Sr. Sosa ayer le dijo a Denisse Maerker que no tiene televisión porque es un perseguido político, esto al termino de una entrevista en donde él mismo hizo varias referencias a la nota transmitida minutos antes por el reportero del programa. Bendito el monitoreo mediático de los perseguidos. Bueno, igual y escucha el spot del Senado por la radio mientras es perseguido y a su vez él mismo persigue un nuevo partido en donde hacer ‘carrera’.
Regreso a la última y veleidosa parte del spot en cuestión en donde los atentos representantes populares me dicen que cada voto, cada acuerdo y cada ley, son para mejorar mi vida. Mi tierna ensoñación senatorial se ve culminada con la afirmación fáctica de que estos senadores trabajan para mi. Que alivió, en algún momento pensé que trabajaban para velar los intereses corporativos de otros como, según argumentan algunos resentidos sociales, sucedió en la reciente aprobación de la Ley Federal de Radio y Televisión que, entre otras cosas, fortalece a los monopolios mediáticos, ergo informativos, de nuestro país. Aquí me imagino a Emilio Azcárraga escuchando este spot y diciendo, que bueno que quede claro de una vez para que no vayan a sospechar después de la lealtad de mis senadores.
Por último, el irrevocable enunciado ‘en el senado de la República damos resultados’ me hace despertar a una realidad más promisoria. Aunque pasado el torrente emocional me quedo con la pregunta: ¿cuáles resultados y a quién se los están dando? Uso el gerundio porque asumo que estos resultados ya están sucediendo. Son continuos, medibles y cuantificables, verdad?. No es una promesa ni una llamada a tiempos mejores. Es una afirmación de que en el senado dan resultados.
Informar sobre la importancia y trascendencia del trabajo de senadores y senadoras es, sin duda, un ejercicio de comunicación tan necesario como delicado. Me pregunto, cuál es el objetivo de esta campaña y a qué público va dirigido este spot. Quiero pensar que su alta repetición y los segmentos en donde aparece deben tener como intención impactar a un radioescucha determinado con el objetivo exactamente de: ¿Mejorar la imagen del Senado ante la opinión pública? ¿Devolverle las instituciones de representación popular a sus representados, aunque sea por 20 segundos? ¿Justificar el presupuesto de Comunicación Social? Pero sobre todo, por qué hacer un spot con un alto contenido emocional y con tan poca sustancia informativa. Es como una metáfora de lo que pasa en el pleno de este recinto legislativo.
Digo, si algún Noruego me pregunta hoy qué es lo que hacen en el Senado mexicano pues le respondo que muy sencillo, en el Senado mexicano dan resultados. De qué, ah pues no lo sé, pero seguro que son resultados por mi bien, o el de cualquier otra persona que escuchó, escucha o escuchará este alejandrofernandezco spot.
Por ejemplo, ese señor que quiere dar vuelta en U exactamente debajo de un disco que dice lo contrario, seguro que viene escuchando este spot y se dio valor para ejercer su derecho el muy carita, con eso de que todos somos el rostro de la ley.
El olor de malvaviscos que se derriten al fuego y el trinar de la leña se confunden con carcajadas esparcidas entre varios de los grupitos de senadores y senadoras que, juntos, animan el ambiente haciéndome presa de un tímido e involuntario éxtasis. De pronto, una voz que viene de las alturas se une a la de quienes me miran para decir a coro: “para nosotros eres el rostro de la ley”. Bolas!! La música sigue y yo me quedo pensando que dentro de todos los piropos que me han dicho nunca me habían dicho que tengo cara de ley.
La primera pregunta que emana de mi enfogatado cerebro es: a qué ley se refieren? Después pienso en esa comisión de senadores que viajó hace ya más de un mes a la ciudad de Oaxaca para evaluar las condiciones de gobernabilidad en el Estado. Su conclusión fue un ya tradicional y multipatentado “si pero no”, variación del clásico socrático “si pero luego”. En resumen, algo así como: esta difícil la cosa pero es bronca del gobernador, a quien por cierto no le tenemos mucha confianza. Mucha suerte y que Dios los ampare.
Una de las pocas certezas que existen en comunicación política es que una vez que un mensaje es emitido, los receptores del mismo podrán hacer con el lo que les venga en gana. En cierta forma les pertenece. De pronto me imagino a Ulises Ruiz escuchando este spot y diciéndose a si mismo (quizá no en el mismo escenario de la fogata por aquello de las llamas): ahí está el espaldarazo del Senado, que además lo dice en re-pe-ti-das ocasiones, yo soy el rostro de la ley. Por qué no pasamos este spot en loop interminable por los altavoces de la PFP.
Del mismo modo, Flavio Sosa escucha este mensaje y en su fuero interno, que es apenas un poco menos extenso que el pleno de la Cámara, argumenta: pues ahí está clarísimo, para el Senado de la República yo soy el rostro de la ley. Afortunadamente, el Sr. Sosa ayer le dijo a Denisse Maerker que no tiene televisión porque es un perseguido político, esto al termino de una entrevista en donde él mismo hizo varias referencias a la nota transmitida minutos antes por el reportero del programa. Bendito el monitoreo mediático de los perseguidos. Bueno, igual y escucha el spot del Senado por la radio mientras es perseguido y a su vez él mismo persigue un nuevo partido en donde hacer ‘carrera’.
Regreso a la última y veleidosa parte del spot en cuestión en donde los atentos representantes populares me dicen que cada voto, cada acuerdo y cada ley, son para mejorar mi vida. Mi tierna ensoñación senatorial se ve culminada con la afirmación fáctica de que estos senadores trabajan para mi. Que alivió, en algún momento pensé que trabajaban para velar los intereses corporativos de otros como, según argumentan algunos resentidos sociales, sucedió en la reciente aprobación de la Ley Federal de Radio y Televisión que, entre otras cosas, fortalece a los monopolios mediáticos, ergo informativos, de nuestro país. Aquí me imagino a Emilio Azcárraga escuchando este spot y diciendo, que bueno que quede claro de una vez para que no vayan a sospechar después de la lealtad de mis senadores.
Por último, el irrevocable enunciado ‘en el senado de la República damos resultados’ me hace despertar a una realidad más promisoria. Aunque pasado el torrente emocional me quedo con la pregunta: ¿cuáles resultados y a quién se los están dando? Uso el gerundio porque asumo que estos resultados ya están sucediendo. Son continuos, medibles y cuantificables, verdad?. No es una promesa ni una llamada a tiempos mejores. Es una afirmación de que en el senado dan resultados.
Informar sobre la importancia y trascendencia del trabajo de senadores y senadoras es, sin duda, un ejercicio de comunicación tan necesario como delicado. Me pregunto, cuál es el objetivo de esta campaña y a qué público va dirigido este spot. Quiero pensar que su alta repetición y los segmentos en donde aparece deben tener como intención impactar a un radioescucha determinado con el objetivo exactamente de: ¿Mejorar la imagen del Senado ante la opinión pública? ¿Devolverle las instituciones de representación popular a sus representados, aunque sea por 20 segundos? ¿Justificar el presupuesto de Comunicación Social? Pero sobre todo, por qué hacer un spot con un alto contenido emocional y con tan poca sustancia informativa. Es como una metáfora de lo que pasa en el pleno de este recinto legislativo.
Digo, si algún Noruego me pregunta hoy qué es lo que hacen en el Senado mexicano pues le respondo que muy sencillo, en el Senado mexicano dan resultados. De qué, ah pues no lo sé, pero seguro que son resultados por mi bien, o el de cualquier otra persona que escuchó, escucha o escuchará este alejandrofernandezco spot.
Por ejemplo, ese señor que quiere dar vuelta en U exactamente debajo de un disco que dice lo contrario, seguro que viene escuchando este spot y se dio valor para ejercer su derecho el muy carita, con eso de que todos somos el rostro de la ley.
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